Una saludable dieta integral

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Hola, cómo estás. Aquí, en confianza, ¿me permites dos preguntas, relacionadas con tu bienestar? Genial, gracias. Cada pregunta viene con 4 opciones de respuesta (ya sabes, tipo test, pero en plan bien, nada de exámenes ni pruebas “para nota”). Elige por favor la que encuentres más congruente contigo actualmente. Vamos a ello:

1 – ¿Cómo es tu actitud con respecto a la alimentación?

A) Como y bebo lo que me dan, incluso si no me gusta o me sienta mal.

B) Me es indiferente.

C) Tengo preferencias bastante claras, pero por inercia a menudo me veo comiendo y bebiendo cosas desagradables y/o indigestas.

D) Selecciono lo que como y bebo, procurando que sea rico y nutritivo.


2 – ¿Cómo es tu actitud con respecto a pensamientos y sentimientos?

A) Pienso y siento lo que me surge, incluso si no me gusta o me sienta mal.

B) Me es indiferente.

C) Tengo preferencias bastante claras, pero por inercia a menudo me veo pensando y sintiendo cosas desagradables y/o indigestas.

D) Selecciono lo que pienso y siento, procurando que sea agradable y edificante.

Bien. Ahora que tienes tus respuestas y que tu consciencia acerca de dichos asuntos está más activada o sensible, permíteme recordarte que, desde esta perspectiva que venimos abordando en estos textos, el hecho de ser (o esencia o eseidad) es inseparable del de conocer (conciencia o percepción) y que ambos vienen a ser dos aspectos inseparables de lo mismo: el Espíritu, la Fuente, la Realidad-Verdad (incondicionada, absoluta) o como queramos llamarlo.

De modo que, puesto que no hay nada aparte de lo único que es (o sea, el Ser, Lo-que-siempre-ES, el Espíritu), entonces lo que llamamos cosmos o universo es necesariamente el Espíritu manifiesto (o la apariencia del Espíritu).

Por tanto, este “mundo” o apariencia universal -que es inherente o natural del Espíritu- no es otra cosa que el Espíritu mismo (Esencia-Conciencia), que así se manifiesta conforme a su propia naturaleza; por lo que es lógico y necesario concluir que todo lo que virtualmente sucede en la apariencia (espontánea e impersonal) de esta Esencia-Conciencia, tiene que ver con (o se articula en) procesos de la conciencia, es decir, con todo lo relacionado con ideas, pensamientos, sentimientos, emociones, estados de ánimo, actitudes, expectativas, etc.

También puedes ser deliberado en cuanto a tu dieta conciencial

Y una importante clave aquí es entender que los sentimientos y emociones que surgen ante determinados estímulos, están directamente asociados a la valoración o calificación que previamente (conscientes o no) hemos asumido y creído respecto a un asunto dado. Ejemplo: si a uno le encanta ir a la playa o de excursión en vacaciones y tiene asumido como «plasta» o «lata» el que llueva en un día de verano en que planeaba salir, entonces surgirán de manera automática las emociones de contrariedad y los sentimientos de desazón correspondientes, reaccionando uno así cuando vea que la lluvia ha «chafado» su plan veraniego (al cual se había apegado con ansia y gran expectativa; y ya se sabe: «vísperas de mucho, días de nada»).

Una creencia dada involucra ciertos sentimientos y emociones, asociados a la valoración o definición que uno le ha conferido a un asunto dado. Modificar nuestra opinión o interpretación acerca de algo cambiará nuestra respuesta anímica-emocional ante los estímulos relacionados con ese tema o asunto.

Luego, dependiendo del tipo de emociones que habitualmente se experimentan, la química que en el organismo generan tendrá unas consecuencias (positivas, negativas o neutras) en la salud física y anímica. Y más allá de ello, dichas emociones resultarán -junto con los pensamientos, actitudes y expectativas usuales- en la vibración de uno, la cual le hace sintonizar (por compatibilidad vibratoria o de frecuencias) con los correspondientes tipos de situaciones, circunstancias o escenarios, determinando así -virtualmente- su trayecto vital.

De ahí que, si bien ya antes no había duda de lo saludable que es una alimentación de calidad, sabrosa y nutritiva, resulta ahora también fácil comprender lo decisiva que es, respecto a nuestro bienestar integral en estos avatares humanos que «vestimos», una saludable dieta conciencial.

Bon apetit!
Al

Álamo

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SER-enidad

«Este enfoque o punto de vista, puede resumirse en esta premisa básica: sólo hay lo que siempre es».

«SER no puede “ser un no-ser” ni, por tanto, comenzar a ser o dejar de ser. Lo que ES, ES. Sin principio ni fin ni condicionamiento alguno. De modo que, si hay una Realidad que es y permanece siempre (y es obvio que la hay, todos somos testigos de su variopinta apariencia), más allá de las formas variables y transitorias en las que se manifiesta, entonces no hay otra cosa que dicha Realidad o Ser absoluto; y esa es, necesariamente, nuestra auténtica naturaleza o genuina identidad, que es incondicionada, ilimitada, plena, perfecta».

«No hay caminos, procesos o etapas para “llegar a ser” lo que siempre somos, porque no hay nada aparte de lo que siempre es/soy/somos. Solamente la sugestión de ser sujetos separados-limitados, habiendo asumido la cultural identificación con el nombre y la forma, vela virtualmente el recuerdo o reconocimiento de nuestra naturaleza auténtica. Podríamos decir que el actor, durante el rodaje de la película, se olvidó de sí y creyó ser el personaje que representaba, asumiendo como reales su identidad, forma, personalidad e historia personal ilusorias».

«Así, cuanto más se asume y se siente la íntima Realidad del Ser, nuestro estado natural de serenidad se desenvuelve y manifiesta de manera paulatina, como paz, confianza y contento incondicionados,  no sujetos ya a ninguna circunstancia aparente.

Mas todo ese proceso no podría ser más que un sueño (aquel holograma, película u obra teatral de la que hablábamos), pues solo hay lo que siempre es-soy-somos: SER».

Álamo

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