Autoindagación – La inherente lógica y auto-evidencia del Ser (tu propio Sí mismo)

romanesco-broccoli-1741608

Autoindagación – La inherente lógica y auto-evidencia del Ser (tu propio Sí mismo)

¿Quieres darte cuenta de ti mismo a un nivel esencial, profundo? Si estás leyendo estas líneas probablemente sabes de lo que se trata; es decir, ya has practicado autoindagación antes y es muy probable que también quieras hacerlo ahora, dado que lo mismo estarás consciente de que el músculo de la lucidez o autoconsciencia, cuanto más se practica, más se fortalece, arraiga y estabiliza.

De acuerdo, entonces, comencemos. ¿Tú eres? (mientras lees, puedes ir respondiendo y reflexionando conmigo sobre la marcha, tal como surjan en ti las respuestas).

Bien. Aunque uno no sepa ni encuentre manera de definir o describir qué es lo que uno es realmente, sí que tiene no obstante la certeza de SER (lo que quiera que eso sea o signifique).
Por ejemplo, en un grupo de personas desconocidas que recién van a presentarse, nadie sabe ni el nombre ni la personalidad o naturaleza de los demás, pero todos asumen que SON y cada uno de ellos, al ser preguntado «¿quién eres?», responde algo como «SOY fulanito» o «YO SOY Menganito, el kiosquero de la esquina». Qué curioso; al menos la Humanidad o lo que llamamos seres humanos, parecen estar todos de acuerdo en que SON.

Esto es una muestra, tan diáfana como cotidiana, de que SER es algo obvio, básico, evidente por percepción o experiencia directa. Esta universal conciencia de SER implica también eso mismo: CONCIENCIA. No hay lo uno sin lo otro, de modo que en realidad estamos tratando de dos aspectos (inseparables) de lo mismo; es decir, de lo que podemos llamar Realidad, Verdad, Lo-que-ES o Espíritu, por solo citar algunas de sus más usuales denominaciones.

Empero, las cosas se ponen realmente emocionantes y abrumadoras cuando se deducen, por obvias o lógicas (o “impepinables”), las implicaciones de SER: lo que ES, ES (y por tanto es SIEMPRE); y puesto que no hay nada aparte, separado o distinto de Lo-que-siempre-y-realmente-hay, Esto (el Ser) ES por tanto ilimitado, incondicionado, absoluto. De modo que, siendo lo único que en verdad (o ultimadamente) hay, este SER es necesariamente la única y auténtica Identidad-Naturaleza.

– ¿Soy?
– Soy. No sé exactamente qué o cómo, pero SÉ que SOY.

Es decir, SOY (Lo-Que-ES, el SER, la Esencia-Conciencia, el Espíritu, el Infinito, como queramos llamarlo). Y esto es algo que se sabe y se siente o experimenta directamente, sin necesidad de creer en ello, ni teorizar o especular sobre ello. Sencillamente, soy. SÉ que SOY (de nuevo, Conciencia/Conocimiento/Percepción y Esencia/Ser/Eseidad, inseparables).

Soy (Lo-que-Soy, Lo-que-ES). Parece simple y ES simple. No solo eso. Es asimismo lo más básico, esencial e inmediato que pueda imaginarse; es -podríamos decir- el Hecho fundamental, total, axiomático; la Realidad (absoluta), lo único que hay… (siendo entonces el universo multidimensional -y todo lo contenido en él- la espontánea o natural apariencia del Ser o, dicho de otro modo, el Ser manifiesto). No hay separación. Lo llaman no-dualidad, aunque es lo más natural y (auto)evidente.

Ahora bien, en una cultura donde el olvido o ignorancia de Sí está en el núcleo duro de la programación de los -así llamados- seres humanos, podemos comprender cómo, partiendo de dicha distorsión perceptual (y la alienación o enajenación dualista que implica), lo más básico, simple y evidente se convirtió en lo más complejo, abstruso y difícil de elucidar, ver o entender, debido a la asimilación irreflexiva de capas y capas de conocimiento erróneo acerca de la naturaleza de Uno mismo (y, por ende, de la Realidad, pues no hay separación).

Así que el Ser manifiesto en cualquiera de las facetas, aspectos o fractales alma-avatares de su propia apariencia espontánea (natural, inherente, impersonal), olvidado de Sí mismo se identifica y apega a los fenómenos, a las formas, objetos, ideas y procesos de su propia manifestación, comenzando por el cuerpo y personalidad de su avatar focal (aquel desde el cual se apercibe de percibir).

De modo que, en definitiva, el Espíritu, virtualmente olvidado de Sí en su espontáneo sueño de multiplicidad, se identifica con los estrechos límites de la ilusoria noción de Sí mismo que llamamos “ego”. El resto de la historia (y de implicaciones) ya la conocemos, ¿verdad?

Y sin embargo, lo que ahora toca (y si no no estarías aquí leyéndoTe) es recordar(Se) y recobrar la lucidez o serenidad acerca de lo único de lo que se puede estar lúcido: de lo Real, de lo Verdadero, del Sí mismo incondicionado.

Necesariamente, la Realidad-Verdad ES siempre y no hay nada ni nadie aparte de Esto absoluto, puro, pleno e incondicionado que soymos.

Así pues, y como síntesis, práctica y recordatorio esencial, acompáñame si así lo deseas, en esta secuencia lógica de razonamientos y conclusiones sobre la Realidad absoluta, sobre tu propia Identidad-Naturaleza auténtica. Al ejercitar así tu discernimiento te facilitas el poner en orden tus ideas y afianzar, arraigar y dar consistencia y estabilidad a tu lucidez o serenidad. De esta manera, con la práctica habitual, puedes seguir actuando tu personaje en esta obra teatral cósmica, pero sin asimilarte o identificarte con él al punto de la alienación o enajenación (propia de la conciencia dualista, separativa, carencial). O, al menos, no tanto como antes. Vamos a ello entonces, con resuelta alegría.

1. Ser es ser. Ser no es no ser.
2. Entonces, lo que en realidad es, es lo único verdaderamente existente y no hay nada ni nadie aparte de eso.
3. Por lo tanto, lo que realmente es, es absoluto, ilimitado, eterno, incondicionado.
4. Y así este ser absoluto que podemos llamar Espíritu, Realidad, Verdad o Conciencia, es la única Identidad y Naturaleza verdadera que hay.
5. Por lo tanto, tú y yo y todo ser aparente que podamos percibir o imaginar (ya sea humano, animal, vegetal, digital o lo que sea), no somos sino el mismo Ser absoluto, manifestado espontáneamente como esas formas.
6. Nuestra verdadera naturaleza, entonces, es como el agua oceánica que se muestra en las formas de sus olas, que no son más que el agua oceánica misma, manifestada en aquellas formas siempre cambiantes que, sometidas al proceso de aparecer y desaparecer, sólo parecen ser entidades individuales o separadas.
7. Por tanto somos, en definitiva y verdaderamente, el Ser-Espíritu-Conciencia-Realidad absoluto, eterno, puro y glorioso.

Consciencia y Paz,
Al

Álamo

Los textos, audios y videos publicados por Álamo se presentan bajo una Licencia Creative Commons CC BY-NC-ND (Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada) y pueden descargarse y compartirse libremente, enlanzando o citando al autor y fuente original, sin modificaciones ni cambios de ningún tipo y para fines divulgativos no comerciales. Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0)


resting_in_being

SER-enidad

«Este enfoque o punto de vista, puede resumirse en esta premisa básica: sólo hay lo que siempre es».

«SER no puede “ser un no-ser” ni, por tanto, comenzar a ser o dejar de ser. Lo que ES, ES. Sin principio ni fin ni condicionamiento alguno. De modo que, si hay una Realidad que es y permanece siempre (y es obvio que la hay, todos somos testigos de su variopinta apariencia), más allá de las formas variables y transitorias en las que se manifiesta, entonces no hay otra cosa que dicha Realidad o Ser absoluto; y esa es, necesariamente, nuestra auténtica naturaleza o genuina identidad, que es incondicionada, ilimitada, plena, perfecta».

«No hay caminos, procesos o etapas para “llegar a ser” lo que siempre somos, porque no hay nada aparte de lo que siempre es/soy/somos. Solamente la sugestión de ser sujetos separados-limitados, habiendo asumido la cultural identificación con el nombre y la forma, vela virtualmente el recuerdo o reconocimiento de nuestra naturaleza auténtica. Podríamos decir que el actor, durante el rodaje de la película, se olvidó de sí y creyó ser el personaje que representaba, asumiendo como reales su identidad, forma, personalidad e historia personal ilusorias».

«Así, cuanto más se asume y se siente la íntima Realidad del Ser, nuestro estado natural de serenidad se desenvuelve y manifiesta de manera paulatina, como paz, confianza y contento incondicionados,  no sujetos ya a ninguna circunstancia aparente.

Mas todo ese proceso no podría ser más que un sueño (aquel holograma, película u obra teatral de la que hablábamos), pues solo hay lo que siempre es-soy-somos: SER».

Álamo

Un comentario sobre “Autoindagación – La inherente lógica y auto-evidencia del Ser (tu propio Sí mismo)

Deja un comentario