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El Ser virtualmente enajenado y el pulpo desorientado (2)

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El Ser virtualmente enajenado y el pulpo desorientado (2)

Así el pulpo confuso, atemorizado por los roces y latigazos de sus propios tentáculos en la oscuridad de su ofuscación, aún no comprende que si dejase de hacer tales aspavientos y se aquietase por algunos instantes, repararía en que es solo su impresión errónea de la situación el motivo que lo atribula. Eso es todo lo que precisa: aquietarse y recordar(se).

Pero claro, ponte tú a decirle eso a un pulpo soliviantado, armando semejante revoltillo en altamar. Una vez más, es uno mismo el que se tiene que dar cuenta de Sí mismo… Sobre todo, porque los asuntos que atañen a uno mismo, al fin y al cabo le conciernen a uno mismo. Y ya ni te cuento si, como en el caso de nuestro pulpito, allí no hay nadie más que uno mismo!

Al

Álamo

Los textos, audios y videos publicados por Álamo se presentan bajo una Licencia Creative Commons CC BY-NC-ND (Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada) y pueden descargarse y compartirse libremente, enlanzando o citando al autor y fuente original, sin modificaciones ni cambios de ningún tipo y para fines divulgativos no comerciales. Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0)


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SER-enidad

«Este enfoque o punto de vista, puede resumirse en esta premisa básica: sólo hay lo que siempre es».

«SER no puede “ser un no-ser” ni, por tanto, comenzar a ser o dejar de ser. Lo que ES, ES. Sin principio ni fin ni condicionamiento alguno. De modo que, si hay una Realidad que es y permanece siempre (y es obvio que la hay, todos somos testigos de su variopinta apariencia), más allá de las formas variables y transitorias en las que se manifiesta, entonces no hay otra cosa que dicha Realidad o Ser absoluto; y esa es, necesariamente, nuestra auténtica naturaleza o genuina identidad, que es incondicionada, ilimitada, plena, perfecta».

«No hay caminos, procesos o etapas para “llegar a ser” lo que siempre somos, porque no hay nada aparte de lo que siempre es/soy/somos. Solamente la sugestión de ser sujetos separados-limitados, habiendo asumido la cultural identificación con el nombre y la forma, vela virtualmente el recuerdo o reconocimiento de nuestra naturaleza auténtica. Podríamos decir que el actor, durante el rodaje de la película, se olvidó de sí y creyó ser el personaje que representaba, asumiendo como reales su identidad, forma, personalidad e historia personal ilusorias».

«Así, cuanto más se asume y se siente la íntima Realidad del Ser, nuestro estado natural de serenidad se desenvuelve y manifiesta de manera paulatina, como paz, confianza y contento incondicionados,  no sujetos ya a ninguna circunstancia aparente.

Mas todo ese proceso no podría ser más que un sueño (aquel holograma, película u obra teatral de la que hablábamos), pues solo hay lo que siempre es-soy-somos: SER».

Álamo

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El Ser virtualmente enajenado y el pulpo desorientado

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El Ser virtualmente enajenado y el pulpo desorientado

El Ser olvidado de Sí mismo, en su apariencia enajenado, virtualmente confundido con un cuerpo y una personalidad humanos, es semejante a un pulpo que, desorientado por un momento en la profundidad de su hogar oceánico, se asusta al contacto de sus propios tentáculos, los cuales toma por seres separados, extraños a sí mismo.

Al

Álamo

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SER-enidad

«Este enfoque o punto de vista, puede resumirse en esta premisa básica: sólo hay lo que siempre es».

«SER no puede “ser un no-ser” ni, por tanto, comenzar a ser o dejar de ser. Lo que ES, ES. Sin principio ni fin ni condicionamiento alguno. De modo que, si hay una Realidad que es y permanece siempre (y es obvio que la hay, todos somos testigos de su variopinta apariencia), más allá de las formas variables y transitorias en las que se manifiesta, entonces no hay otra cosa que dicha Realidad o Ser absoluto; y esa es, necesariamente, nuestra auténtica naturaleza o genuina identidad, que es incondicionada, ilimitada, plena, perfecta».

«No hay caminos, procesos o etapas para “llegar a ser” lo que siempre somos, porque no hay nada aparte de lo que siempre es/soy/somos. Solamente la sugestión de ser sujetos separados-limitados, habiendo asumido la cultural identificación con el nombre y la forma, vela virtualmente el recuerdo o reconocimiento de nuestra naturaleza auténtica. Podríamos decir que el actor, durante el rodaje de la película, se olvidó de sí y creyó ser el personaje que representaba, asumiendo como reales su identidad, forma, personalidad e historia personal ilusorias».

«Así, cuanto más se asume y se siente la íntima Realidad del Ser, nuestro estado natural de serenidad se desenvuelve y manifiesta de manera paulatina, como paz, confianza y contento incondicionados,  no sujetos ya a ninguna circunstancia aparente.

Mas todo ese proceso no podría ser más que un sueño (aquel holograma, película u obra teatral de la que hablábamos), pues solo hay lo que siempre es-soy-somos: SER».

Álamo